Expertos analizan las causas principales y las soluciones críticas para evitar costosos tiempos de inactividad (NPT) en proyectos de exploración y producción.
En el mundo de la perforación, donde el tiempo literalmente significa dinero, el latido del corazón de cualquier operación es la bomba de lodo. Cuando su presión cae, todo el proyecto se sumerge en una crisis que puede costar miles de euros por hora. La búsqueda de “bomba de lodo presión baja” se ha convertido en un tema recurrente en foros industriales, señal de una preocupación constante para ingenieros y perforistas.
El Diagnóstico: ¿Dónde está la Fuga?
La caída de presión no es una simple molestia; es un síntoma de que algo funciona mal en el sistema. Los especialistas consultados por Petróleo & Tecnología identifican un abanico de causas, que van desde lo simple hasta lo complejo.
“Lo primero es no entrar en pánico y seguir un protocolo de diagnóstico claro”, afirma el Ingeniero Senior de Perforación, Carlos Rivera, con más de 20 años de experiencia en campos de Venezuela y el Mar del Norte. “El 80% de los casos se resuelven revisando tres áreas clave: la succión, el equipo mismo y el fluido”.
- Desgaste Interno: El Enemigo Natural. El conjunto de pistón y camisa (liner), junto con las válvulas y asientos, son consumibles. Con el tiempo, se desgastan por la abrasión del lodo, especialmente si tiene alto contenido de sólidos. “Un desgaste excesivo permite fugas internas, reduciendo drasticamente la eficiencia de la bomba y la presión de descarga”, explica Rivera. La solución es un programa de mantenimiento predictivo con inspecciones regulares y cambio oportuno de estas piezas.
- Problemas de Succión: El Hambre de la Bomba. Una bomba no puede bombear lo que no recibe. Una línea de succión obstruida, un filtro (strainer) taponado o un nivel bajo de lodo en las piletas pueden causar que la bomba “se afloje”, introduciendo aire en el sistema. Esto crea una descarga irregular y una caída drástica de presión. La verificación visual de la succión es siempre el primer paso.
- El Acumulador de Pulsación: El Amortiguador Olvidado. El preciado “pulsation dampener” o amortiguador de pulsaciones, precargado con nitrógeno, es vital para suavizar el flujo. Si su presión de precarga es demasiado baja o si está dañado, no cumplirá su función, exacerbando las pulsaciones y haciendo que la presión medida sea errática y más baja de lo esperado. Su revisión debe ser parte de la checklist diaria.
- El Factor Fluido: La Sangre de la Operación. Un cambio no planificado en las propiedades del lodo, como una caída inesperada en su densidad o viscosidad, puede manifestarse como una reducción de presión en la bomba. Un equipo de perforación eficiente comunica siempre cualquier ajuste en el fluido al puesto de bombeo.

Soluciones sobre el Terreno: Un Enfoque Práctico
Frente a una caída de presión, los equipos deben actuar con método:
- Paso 1: Verificar las presiones. Confirme que el manómetro no esté fallando. Compare con otro instrumento si es posible.
- Paso 2: Inspeccionar la succión. Revise visualmente el pozo de succión, limpie los filtros y asegure que no hay fugas de aire en la línea de succión.
- Paso 3: Revisar el amortiguador. Verifique la presión de precarga del nitrógeno en el amortiguador de pulsaciones.
- Paso 4: Escuchar y sentir. Una bomba con válvulas desgastadas o pistones dañados often tiene un sonido irregular o presenta fugas visibles de lodo.
- Paso 5: Aislar el problema. Si tras estas comprobaciones el problema persiste, se debe preparar para parar la bomba e inspeccionar los componentes internos.
Conclusión: La Cultura del Mantenimiento Preventivo
La presión baja de la bomba de lodo es más que una avería; es un termómetro de la salud de toda la operación de perforación. Invertir en capacitación para los equipos, establecer protocolos estrictos de mantenimiento y no posponer la sustitución de componentes desgastados no es un gasto, es la póliza de seguro más valiosa contra el temido tiempo de inactividad no planificado.
En la industria del sondeo, la presión constante no es solo una lectura en un manómetro, es la garantía de que la perforación avanza sin contratiempos. Mantenerla es mantener la rentabilidad del proyecto.